sábado, 26 de septiembre de 2009

Tarea el cuentro del "El hijo" 26/sep/2009

.- Titulo del cuento
R.-: El hijo

2.- Personajes Principales
R.- Padre: hombre viudo, bueno, tiene un estrecho vínculo de confianza con su hijo, a Quien le ha enseñado y educado. Sufre de alucinaciones, pero a sabido Controlarse con el fin de criar a su hijo, para hacerlo una buena persona; es Un hombre de bien, de carácter fuerte y templado, con plenas convicciones, Ya tiene bastante edad, su cabeza es canosa y tiene problemas con su Estomago y la visión puesto que ya están muy débiles Hijo: muchacho de trece años, alto, de hermosos ojos azules que reflejan pureza y Sorpresa infantil, haciéndolo ver de menos edad. Es huérfano de madre desde Temprana edad. Es un chico juicioso, obediente con su padre, Comparte la Pasión por la cacería con su progenitor. Muere en una salida de caza, al cruzar Un alambrado con la escopeta


3.- Personajes Secundarios:
R.- Juan

4.- Contexto histórico y lugar R.- Las acciones se desarrollan en Misiones exactamente en el campo el muchacho va a cazar al monte y en un alambrado muere


5.- Sinopsis ó Resumen (Extensión mínima de 1 cuartilla)
R: eres un señor que quería mucho a su hijo ya que era la única persona que estaba con el ya que el es viudo avía perdido a su esposa el siempre tenia el miedo de que algo le pasara asu hija ya que como Vivian en un campo y el señor le enseño asu hijo a cazar animales o cualquier cosa pero el problema del señor siempre fue eso de que si algo le pasaba iva a ser muy doloroso para el y pues el niño de ojos azules se juntaba mucho con Juan uno de los niños que también cazaba al igual q el niño pero esta vez el niño se fue solo a cazar y le dijo asu papa que volvería antes del almuerzo que eran alas 12 y el señor y el niño se tiene mucha confianza así que el señor alza su muñeca para ver la hora y ve que ya van a dar las 12 y se asoma y dice ya no tarda en venir mi hijo por que cuando el señor le dice algo y su hijo dice si, papa hará lo que dice su padre, el señor se sienta a esperar ya que se puede perder la noción de la hora dentro del monte y sentarse un rato en el suelo mientras se descansa inmóvil?
El tiempo ha pasado; son las doce y media. El padre sale de su taller, y al apoyar la mano en el banco de mecánica sube del fondo de su memoria el estallido de una bala de para bum, e instantáneamente, por primera vez en las tres transcurridas, piensa que tras el estampido de la escopeta no ha oído nada más. No ha oído rodar el pedregullo bajo un paso conocido. Su hijo no ha vuelto y la naturaleza se halla detenida a la vera del bosque, esperándolo. Y el señor dice Oh! no son suficientes un carácter templado y una ciega confianza en la educación de un hijo para ahuyentar el espectro de la fatalidad que un padre de vista enferma ve alzarse desde la línea del monte. Distracción, olvido, demora fortuita: ninguno de estos nimios motivos que pueden retardar la llegada de su hijo halla cabida en aquel corazón.
Un tiro, un solo tiro ha sonado, y hace mucho. Tras él, el padre no ha oído un ruido, no ha visto un pájaro, no ha cruzado el abra una sola persona a anunciarle que al cruzar un alambrado, una gran desgracia y el señor sale y La cabeza al aire y sin machete, el padre va. Corta el abra de espartillo, entra en el monte, costea la línea de cactus sin hallar el menor rastro de su hijo Pero la naturaleza prosigue detenida. Y cuando el padre ha recorrido las sendas de caza conocidas y ha explorado el bañado en vano, adquiere la seguridad de que cada paso que da en adelante lo lleva, fatal e inexorablemente, al cadáver de su hijo Ni un reproche que hacerse, es lamentable. Sólo la realidad fría, terrible y consumada: ha muerto su hijo al cruzar un... ¡Pero dónde, en qué parte! ¡Hay tantos alambrados allí, y es tan, tan sucio el monte! ¡Oh, muy sucio! Por poco que no se tenga cuidado al cruzar los hilos con la escopeta en la mano El padre sofoca un grito. Ha visto levantarse en el aire... ¡Oh, no es su hijo, no! Y vuelve a otro lado, y a otro y a otro Nada se ganaría con ver el color de su tez y la angustia de sus ojos. Ese hombre aún no ha llamado a su hijo. Aunque su corazón clama par él a gritos, su boca continúa muda. Sabe bien que el solo acto de pronunciar su nombre, de llamarlo en voz alta, será la confesión de su muerte. -¡Chiquito! -se le escapa de pronto. Y si la voz de un hombre de carácter es capaz de llorar, tapémonos de misericordia los oídos ante la angustia que clama en aquella voz. Nadie ni nada ha respondido. Por las picadas rojas de sol, envejecido en diez años, va el padre buscando a su hijo que acaba de morir.¡Hijito Ya antes, en plena dicha y paz, ese padre ha sufrido la alucinación de su hijo rodando con la frente abierta por una bala al cromo níquel. Ahora, en cada rincón sombrío del bosque, ve centellas de alambre; y al pie de un poste, con la escopeta descargada al lado, ve a su. Chiquito...! ¡Mi hijo! Las fuerzas que permiten entregar un pobre padre alucinado a la más atroz pesadilla tienen también un límite. Y el nuestro siente que las suyas se le escapan, cuando ve bruscamente desembocar de un pique lateral a su hijo. A un chico de trece años bástale ver desde cincuenta metros la expresión de su padre sin machete dentro del monte para apresurar el paso con los ojos húmedos. Chiquito... -murmura el hombre. Y, exhausto, se deja caer sentado en la arena albeante, rodeando con los brazos las piernas de su hijo. La criatura, así ceñida, queda de pie; y como comprende el dolor de su padre, le acaricia despacio la cabeza: Pobre papá... En fin, el tiempo ha pasado. Ya van a ser las tres... Juntos ahora, padre e hijo emprenden el regreso a la casa. ¿Cómo no te fijaste en el sol para saber la hora...? -murmura aún el primero. Me fijé, papá... Pero cuando iba a volver vi. las garzas de Juan y las seguí... ¡Lo que me has hecho pasar, chiquito! Papá... -murmura también el chico. Después de un largo silencio: Y las garzas, ¿las mataste? -pregunta el padre. No. Y los 2 se fueron asu casa el chavo llevo asu papa asta la casa por que el señor ya estaba cansado de andarlo buscando por todos lados preocupado

6.- Comentario o crítica de la obra
R: Creo que es un cuento muy bonito, sencillo, simple en cuanto su estructura y a recursos literarios pero que me marcó en el sentido de cómo un padre puede ser tan devoto con su hijo, como el sentimiento paternal es tan fuerte que se convierte en una razón de vida para el protagonista de esta narración.
Nunca había leído algún escrito de Horacio Quiroga, así que me pareció muy agradable, no tiene un estilo muy arreglado, pero sí una bella imaginación en cuanto a la historia, además me parece interesante el incluir hechos sobre su vida en sus obras. En general me pareció un cuento muy bonito.


7.- ¿En que se relaciona la lectura con la materia?

8.- ¿Como crees que se relaciona o puedes utilizar la lectura en tu vida diaria?
R.-al tener mas confianza con mis papas o el de poder salir de donde este mas temprano para llegar ala hora acordada que me dejaron mis papas o con las personas que vivo

9.- ¿Cual es la importancia de la seguridad en nuestras vidas?
R.- por que sea en el lugar que estemos ya sea en un campo o en la ciudad siempre hay algo que nos puede poner en peligro ya sea en casa pero siempre hay peligro además es bueno prevenir las cosas para que no tengamos algún accidente por eso también existen los policías que nos dan seguridad por que nos pasa algo malo como un asalto o un accidente podemos ir con ellos para que nos ayuden

1 comentario:

  1. Wendy:

    Muy buen trabajo, me alegro que te haya gustado, buen resumen y respuestas.

    Calificación = 9

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